Vivir en la nada es estar en el centro de una esfera de cristal que sólo guarda una partícula de oxígeno y respirarla una y otra vez con la magia de la eternidad que la vuelve única y completa. Dios debe parecerse a eso, a la sensación del viento. Ligero, sonoro, largo y vacío. Un remolino en el pelo cargado de templanza y paz. Inexistir en esta existencia.
miércoles, 11 de julio de 2012
Viento en la ciudad
Vivir en la nada es estar en el centro de una esfera de cristal que sólo guarda una partícula de oxígeno y respirarla una y otra vez con la magia de la eternidad que la vuelve única y completa. Dios debe parecerse a eso, a la sensación del viento. Ligero, sonoro, largo y vacío. Un remolino en el pelo cargado de templanza y paz. Inexistir en esta existencia.
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